viernes, 14 de febrero de 2020

Turista argentino en Florianópolis lleva a su suegra en el baúl del auto: experiencias de trabajo con turismo en Brasil y algunas "¿argentinidades?". Humildes reflexiones sobre sociedad, poder y hegemonía

 Sergio Fernández 

Foto extraída de Diario La Nación on line.
Este pequeño ensayo pretende reflexionar sobre una noticia que nos cuenta que En Florianópolis: un turista argentino fue multado por llevar a su suegra en el baúl del auto para ahorrar dinero y porque sobrepasaba la capacidad permitida. Aunque parezca mentira ésta nota me permite pensar algunas cuestiones en clave antropológica. Como primera medida, una nueva muestra de machismo donde el lugar asignado a la mujer y especialmente a una mujer mayor es el baúl. La concepción del descarte, del macho a cargo del auto y la reproducción de todos los estereotipos clásicos del patriarcado.

Vivo en Florianópolis, Estado de Santa Catarina, Brasil y, por cuestiones laborales, trato habitualmente con turismo argentino. Debo decir que, sin caer en generalizaciones, abunda un público que llega con muchos aires de superioridad que ve a los brasileños como macacos colgados de la palmera y también llegan aquí hablando con brasileñ@s contándoles los problemas de Argentina: "lo que pasa es que nos cobran un 30% más para darle de comer a los negros que no quieren trabajar"[1]. O comentarios del tipo, "en Argentina se robaron hasta un PBI"...escucho a diario. Combinan esos comentarios con acciones del tipo traer el baúl del auto cargado de mercadería (en este caso también a la suegra) para ahorrarse unos pesos dado que aquí pagan en reales. Sin mencionar que much@s aseguran que la mercadería en Brasil es casi de lo peor, porque la cerveza, la carne y hasta la ¡Coca Cola! Es de peor calidad que en la Argentina. Claro que para esto evaden cuanta legislación exista respecto al ingreso con alimentos, salubridad, controles aduaneros, etc. No soy un defensor de la reglamentación a ultranza, al contrario. Creo en la agencia, las tácticas, las fugas que permiten burlar al poder al menos momentáneamente, pero no deja de asombrarme la doble moral del gorila[2] sin dinero que desprecia a su clase y se identifica con una clase a la que no pertenece. Expresado en sociología popular quiere cagar más alto que el culo. ¿Falsa conciencia?. Quizá, pero con características especiales de una Argentina que a lo largo de su desarrollo se pensó muy lejos del resto de "los latinoamericanos subdesarrollados (que) no podrán jamás ser tan hermosos como nuestra pura estirpe nacional" (como lo expresara Horacio Fontova en su tema “Los Argentinos”). Ahora bien, dicho todo esto hay otro aspecto que merece destacarse. Recomiendo leer rápido la noticia mencionada al comienzo sin profundizar demasiado y sí detenerse en los comentarios. Comenzando por la multiplicación de aquellos estereotipos machistas trasladaos al humor clásico asociados a la suegra y que dan cuenta de lo mucho que aún falta por deconstruir en términos de luchas anti-patriarcales.
Y al mismo, es alarmante cómo la sociedad argentina continúa reproduciendo esa lógica que divide la civilización y la barbarie. Comentarios que desnudan la forma en cada cual se autopercibe y percibe al otro. Comentarios absolutamente reaccionarios y racistas en los cuales merecemos detenernos. Creo que entre el gorilaje sin dinero que quiere cagar más alto que el culo y llega a otro país latinoamericano y es capaz de exhibir sus aires de superioridad pero que a la vez denuncia la corrupción de su país, sólo cuando considera que ésta es para mantener negros choriplaneros,[3] (entiéndase el sarcasmo), y entre aquellos comentarios que denostan a la Argentina diciendo que "no tienen cura porque este país es peronia"[4] da lugar para seguir pensándonos sociológica y antropológicamente. Especialmente cuando la actitud de un tipo que encierra a su suegra en al baúl para ahorrarse unas monedas es tan parecida y lo emparenta a ese común del turismo que llega especialmente a la zona norte de Florianópolis que reclama ese maldito 30% de impuesto que va a parar a "las negras pobres para que se embaracen y nos privan de ir a Brasil"....Insisto en la cuestión social del asunto cuando veo comentarios que responden a la noticia asegurando que es habitual en el interior de la Argentina ver familias "con dos críos sobre una moto o viajando una docena en la caja de una pick-up". Es decir, ni la filmografía más bizarra podría dar cuenta. Dijo el facho del gorila y del que "seguro es K" y pertenece a "peronia" y, a su vez, éste a su suegra "métase al baúl que tengo que ahorrar unos mangos". Al mismo tiempo la esquizofrenia de sentirse más  moderno y culto  que el resto  pero a la vez frustrados por no tener la cura de esa enfermedad llamada  peronismo. Más o menos sería algo así como que nunca seremos un país en serio ¿como los europeos tal vez?. El humor ha demostrado capacidad para resumir en un simple sketch, muchas de las reflexiones que a l@s científic@s sociales nos llevan años, tesis, páginas de libros o el uso del ciberespacio. Diego Capussotto y Pedro Saborido en su producción “¿hasta cuándo?”[5] en pocos minutos logran sintetizar ésta idea que reúne la frustración por no ser un país en serio, quienes entorpecen ese desarrollo nacional y los medios de comunicación con periodistas tomando la pose de indignados que dan voz de un público que actúa como editorialista.
Para nada se trata de hacer una denostación del ser argentino como tal. No sólo soy argentino sino que trabajo con turismo argentino, entre otras nacionalidades. Tampoco es cuestión de ver a la Argentina como una burbuja que tiene una dinámica propia diferente al resto del mundo. De hecho, vale decir que aquellos discursos xenófobos de gran parte de los turistas argentinos (no todos claro y afortunadamente) son bien recibidos en un presente y un contexto brasileño que alimenta día tras día prácticas racistas y de odio que crece a un ritmo preocupante. Lo que trato de reflexionar, de manera simple y algo rudimentaria sin caer en conceptualizaciones de erudición académica, es sobre una noticia que al recibirla me llevó a pensar en mi trabajo cotidiano y que me permito tomar como ejemplo para entender determinadas características de la sociedad argentina. Características que tienen que ver con procesos históricos que de una élite intelectual y política que ha formado a la nación y al Estado argentino y con una población que se auto percibe como hija directa de Europa y reconoce en Buenos Aires una ciudad europea en Latinoamérica. Un país donde “descendemos de los barcos”, dice la creencia popular asociando a los barcos que traían inmigrantes europeos aunque olvidando que también provenimos de aquellos otros barcos “menos prestigiosos: los que llegaron de África”[6]. Una vieja creencia que la propia escuela, en tanto instrumento de formación ideológica, se ha encargado de instalar
Pero además, detrás de esto, están los medios de comunicación y un diario como La Nación que, como la mayoría, se oculta en la libre expresión de sus lectores. Un periódico nacido en el siglo XIX que además forma parte de la histórica oligarquía argentina El poder, la hegemonía del sentido común reflejados en el accionar de los medios de comunicación, la libertad de empresa y el negocio de la libre expresión popular donde los lectores sirven de editorialistas que reflejan la línea de un diario capaz de punlicar las peores expresiones de sus seguidores pero decirnos que es libre expresión, democracia. Capitalismo en estado puro, nada propio de un país pero que ayudan a reflexionar sobre prácticas cotidianas donde hay mucho para trabajar. Quizás acentuar los estudios en las relaciones de poder y en cómo se internalizan en nosotros poniendo especial atención en la manera en que las élites contribuyen a ello. En éste sentido, creo, determinadas acentuaciones en lo “cultural” de la antropología, no contribuyen demasiado si no se tienen en cuenta estudios más profundos sobre el poder, el capitalismo y las desigualdades, además de pensar a la antropología como simple encargada de la diversidad y de la cultura.



[1] Tras la asunción del nuevo gobierno del Presidente Alberto Fernández quien asumió su cargo el 10 de diciembre de 2019, se implementó el impuesto País como parte de la llamada  Ley de Soidaridad. Dicho impuesto grava con un 30% la compra de moneda extranjera o las transaccioes hechas en divisas con tarjeta de crédito o débito. Ese monto, sostiene el Gobierno, servirá como aporte para asistir a jubilados y beneficiarios de programas sociales.

[2] En Argentina se denomina popularmente gorila a quien expresa posiciones antiperonistas oponiéndose y cuestionando los aspectos populares de éste movimiento y calificando a sus seguidores son diferentes expresiones que lo emparentan con la barbarie. Estas expresiones tienen una historia muy asociada a la formación de la Argentina y que con la irrupción del peronismo comenzó a denominarse como gorilas a este tipo de posicionamientos antipopulares

[3] El término “choriplanero” es utilizado despectivamente para asociar la antigua idea del choripán que, supuestamente es utilizado como elemento de práctica clientelar para darle a las personas que asisten a la moviliaciones. Esa práctica es atribuida por parte de los sectores más reaccionarios a los movimientos populares, especialmente el peronismo. Aquella idea está relacionada con una idea más moderna que asegura que las personas que adhieren al peronismo hoy lo hacen persguiendo un plan social lo que sumado al choripán da como resultado el término choriplanero. Expresiones utilizadas para denostar a las poblaciones más pobres supuestamente carentes de toda formación político y que son arrastrados por esas prácticas clientelares.

[4] Peronia como forma de nombrar despectivamente a la tierra del peronismo.

[5] Diego Capussoto y Pedro Saborido son dos guionistas y humoristas de radio y TV argentina. Una de sus producciones radiales ha sido “Hasta Cuándo” https://www.youtube.com/watch?v=oOv_-dRhuds

[6] El canal educativo Encuentro, de TV argentina realizó una serie de capítulos basados en el libro “la Histoia de la clase media argentina. Apogeo y decadencia de una iusión ”, de Ezequiel Adamovsky. Disponible en: https://youtu.be/E0LlSG2l5Xo



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