domingo, 5 de abril de 2020

Polémica sobre el libro "Sopa de Wuhan" y cómo ilustrar a Oriente (o sobre conocimiento y geopolítica)


Hace unos días comenzó a circular en las redes el libro "Sopa de Wuhan" publicado por la Editorial ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio), editado por Pablo Aamadeo. El libro reúne el pensamiento de diferentes analistas e intelectuales escribiendo sobre la pandemia Covid-19. Cuando vi el título, admito que sentí cierto choque al ver la palabra Wuhan que me llevó a realizar el cálculo Virus=Wuhan=China...Pero me abstuve de comentar en los sitios pertinentes porque temí pecar de ansioso. Pero la pregunta por la inclusión de Wuhan seguí firme. Y una segunda inquietud asociada (y tal vez la que más me inquietaba) era ¡qué hace que una obra que, a priori, compila pensamientos críticos sobre la sociedad y el mundo, lleve como portada el título Wuhan y unos murciélagos con caras de malos que nos interpelan?. Es decir, Wuhan=sopa de murciélagos=pandemia=caos mundial. Al tiempo que reflexionaba sobre todo ello, realicé un recorrido rápido por el índice del libro y ví quienes eran los y las autoras de los artículos y noté que no había publicaciones de intelectuales chinos. Pero la verdad es que esto no puede ser achacado "Sopa de Wuhan" sino que en todos estos días no había visto difundir enfoques de analistas chinos. Lo más cercano a una mirada desde lo que llamamos "Oriente" fue la del filósofo surcoreano Byung-Chul Han, desde Berlín acerca del Coronavirus y el mundo del mañana. Fuera de ello, poco y nada surgido desde "Oriente" y, mucho menos, desde China especialmente. China se ha convertido en el objeto de los análisis. L@s chin@s y asiátic@s han sido el destino final al cual arribar con conclusiones de todo tipo. Pero  poco se ha considerado lo que ell@s tienen para decir. Acaso ¿la intelectualidad no es también un campo de poder?. Asisto sorprendido cuando escucho que l@s académic@s son llamad@s pensadores. ¿Será que nadie más piensa?. Y aún dentro de los pensadores parecieran existir voces con mayor y menor autoridad según las latitudes. Mucho se ha escrito sobre ello y también es cierto que la producción académica misma ya implica relaciones de poder y una separación entre quienes acceden a la academia y quienes no aún en las llamadas academias del sur y en oriente. Nadie escapa al capitalismo y sus estratificaciones sociales. Dicho ésto y, regresando a "Sopa de Wuhan", diversos colectivos preocupados por la manera en que se alimentan voces racistas y de ultraderecha en el mundo, han difundido un comunicado dirigido a los editores, cuestionando la portada. Entre otras cosas reclaman la elección del título y la asociación directa a China y Wuhan así como también la ilustración de la misma originalmente diseñada por Ernst Haeckel (1834-1919), quien fuera un científico alemán posteriormente utilizado por el nazismo. El comunicado denuncia:  "la peligrosidad de reproducir un discurso reduccionista y esencialista". Y continúa además, en un libro que  
se presupone analítico, reflexivo y crítico con los tiempos de pandemia, la portada debería de ser coherente con ese lenguaje (...) Pero si hay algo que al capitalismo colonial occidental le gusta hacer es situar la problemática en una alteridad que le aleje de cualquier responsabilidad. Lo perverso es maquillarlo de diseño y creatividad (resaltado original)
 Los colectivos firmantes del citado comunicado, sostienen además la ausencia de trabajos chinos sobre la Covid-19. Para ello sugieren la lectura del colectivo chino 闯 (chuǎng), que ha publicado un texto llamado Contagio social y guerra de clases microbiológica en China. Un trabajo que no ha sido incluido en el libro en cuestión. 
Hasta el momento se han sucedido diferentes episodios que permiten empezar a detenernos en el presente. ¿Cuáles son las nuevas formas de relación entre nosotros?. ¿Qué están sucediendo en nuestras sociedades?. ¿De qué manera la solidaridad  tan pronunciada se expresa y es interpretada por los pueblos?.  ¿Qué formas adopta la alteridad a partir de toda esta situación? Pareciera más pertinente y más interesante rastrear aquellos trabajos que navegan por el hoy, el aquí y ahora de lo que está sucediendo antes de pensar en qué nos depara el futuro cayendo en pronósticos poco comprobables
Lo cierto es que este debate me recuerda a lo que más de una vez escuché en mis años de estudiante de Licenciatura de Antropología: "en el mundo académico hay que ser elogiado o criticado pero no ignorado". Y Sopa de Wuhan lo ha logrado.

                                                                                        Sergio Fernández

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