Introducción
Referirse a nuestra vida urbana está muy lejos de ser algo automatizado donde las obligaciones y los desplazamientos físicos parecen ser parte de algo que se produce mecánicamente y de manera homogénea. Muy por el contrario, la vida en la ciudad forma parte de una producción de sentido que encierra complejidades, conflictos y contradicciones. En el mundo de hoy pensar la vida urbana es también buscar comprender el derecho a habitar la ciudad.
Me pregunto si, como dice Fernando Gómez Aguilera (2004) cuando afirma que la mitad de la población vive en ciudades como resultado de un fenómeno de urbanización donde la ciudad se entiende en términos de producción y de consumo, pensar la ciudad acaso no tenga que ver con el derecho a habitar un universo cada más privilegiado donde el derecho sólo está restringido a unos pocos.
trailer del film de Alejandro Hartamann Au3 (Autopista Central)
Si hablamos del derecho a habitar la ciudad, tal vez la vivienda sea uno de los aspectos centrales. A partir de mi experiencia junto a un grupo de vecinos de la Ciudad de Buenos Aires que reclaman el derecho a la vivienda, es posible sintetizar varias de las cuestiones que hacen parte de la vida urbana: consumo, expulsión, conflictos e identidades que se expresan en la lucha por la vivienda que no es otra cosa que el derecho a la ciudad. Por ello creo que la historia de la Autopista 3 (o Autopista Central) representa una descripción bien abarcativa de varias de las cuestiones que hacen a la vida urbana
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